lunes, 10 de febrero de 2014

Muerte en el microondas

MUERTE EN EL MICROONDAS

Una muchacha que estudiaba medicina y vivía una vida agitada repartida entre sus estudios y cuidar a su hermanita de 6 años, ya que su madre, que era doctora, se pasaba la vida en el hospital haciendo guardias. Un día se pegó la gran borrachera con sus amigos de clase y terminó acostándose con un compañero que le gustaba mucho.
Al día siguiente, entre las nubes de la resaca, la muchacha recordó de repente que su madre estaba a punto de regresar de su guardia nocturna en el hospital, por lo cual la pobre apenas sí tuvo tiempo de despedirse del sujeto y volar a su casa para que cuando la madre llegara encontrara todo sin novedad, la casa ordenada, la nena desayunándose a tiempo, y ella lista para ir a las clases.
El problema fue la ducha... Faltaban ya sólo unos minutos para que la madre regresara y la chica, que gozaba de una abundante cabellera, la tenía toda mojada. Para variar, el secador se había averiado...
No sé si se debió a los efectos tardíos del alcohol o al nerviosismo que le causaba la madre, muy histérica para estas cosas, el caso es que a la chica no se le ocurrió mejor manera de secar su cabello que meter su hermosa melena al microondas. Con un poco de esfuerzo lo consiguió y programó al máximo el aparato. En cuestión de minutos, se secó completamente el cabello justo cuando la madre entró saludando a todo el mundo sin darse cuenta de nada.
Cuando nuestra amiga llegó a la facultad, estaba medio demacrada, con cara de no haber dormido nada, y tambaleándose de un lado para otro. Demasiado incluso para la resaca que podía provocar botella y media de whisky con hielo. Al subir las escaleras para entrar al edificio, se desplomó como un saco de patatas. Estaba muerta...
Los doctores, al realizar la autopsia, no le encontraron nada malo en el cuerpo, ni enfermedad ni razón alguna para tal muerte súbita; y hubiese quedado así de no ser porque la hermanita le contó a mamá que antes de que ella llegara se había secado el pelo en el microondas. Los doctores, practicaron entonces una autopsia craneal, y encontraron su cerebro totalmente abrasado.

martes, 4 de febrero de 2014




Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz y Espejo es considerado por muchos críticos como el mayor agitador de conciencia crítica de la Colonia, Médico, Escritor, Periodista, Bibliotecario, un insigne personaje que ha dado el Ecuador.

Nació en Quito, el 21 de febrero de 1747. Su padre, Luis Santa Cruz Espejo, indio quechua de Cajamarca, Perú y su madre una mulata  quiteña doña  María Catalina Aldaz y Larraincar